IDEAS INOLVIDABLES QUE UN DÍA SE PERDIERON.


*Vivir en realidad es simple.
Solo vida, no hay nada mas, ni siquiera muerte, razón o locura.
Solo vida.
No para el trabajo ni las apariencias, es para respirar y comprender la esencia del aire mas puro.
Observar por una vez la belleza sin ojos ciegos o reir a carcajadas sinceras aunque también el llanto y la lágrima sean verdadera calma.
En primavera, ver recuperar su hoja al castaño que le ofrece cada año a la tierra de la que beben sus raices.
Saber que somos esa tierra y que no existe dueño de espacio ni tiempo, por eso el universo es libre.


*Amor.
Yo diría que el amor es lo que más te aleja del egoísmo mundano.
El amor a la vida y a la naturaleza. A las personas y los animales. Rodearte de amor.
Yo personalmente, solo cuando estuve enamorado creí en alguien tanto como en mí.


*La huída.
Las ciudades están enfermas. Ya no enseñan nada.
De día existe un murmullo estridente y continuo que acaba dejando un silencio congelado y pálido en la noche.
El frío de la gente carente de inquietudes profundas o de espíritu entristece.
A menudo los cielos se ven grises. Parece un espejo que lo refleja todo.
Yo lo contemplo y sí, parece estar todo menos yo, tampoco me preocupo en buscar.
En el fondo sé que tendré que huir para encontrarme.



*Lo que quieres es simple.
Ahora y solo ahora, entre lineas y hojas en blanco puedo entender que és lo que quiero.
La complejidad de la vida nos hará dudar muchas veces y eso complica sacar ninguna conclusión acertada sobre nosotros o nuestro alrededor.
Nuestra verdadera identidad es siempre difusa, dificil de alcazar.
El tiempo se vuelve infinito y nuestra gran huella, repleta de ego, se hace pequeña.
Pero hoy, al menos se que quiero seguir corriendo y aprendiendo.
Buscar respuestas, y con suerte, un día vivir a mi manera.


*Diario de un adicto.
Una pequeña vela regala algo de luz a esta oscura habitación.
El tiempo ahora cambiado, quedará plasmando en mí su desgarro eternamente.
Algo de luz parpadea mas allá, fuera de la minúscula llama que arde hoy en mí.
Solo podré contemplar su destello, su brillo asomando por debajo de la puerta recordándome que existe un mundo ahí fuera.
Yo seguiré aquí encerrado, esperando cabizbajo sabiendo que un día escaparé.
(La puerta ha estado siempre abierta)
Fué esa ínfima claridad la que me mantuvo con vida y me dió ese pellizco de seguridad que me atrapa.
A veces, no me reconozco, yo, protagonista de esta desolada estampa.
¿Qué és lo que hago aquí? Aún aquí...
Los días seguirán perdiéndose y marcarán dolorosamente su paso para siempre de forma inevitable y catastrófica.
Temo no salir, pero aún me aterra más mover un solo músculo.
Por eso permanezco inmóvil.
Acurrucado y manteniendo en pausa mi mísera vida.
Conformándome en este absurdo y modesto habitáculo que me mantiene con aliento.
Éste pequeño y estúpido refugio, que es enrealidad la única prisión que me encierra.


*Ser o no ser.
Solos ante esta guerra interna, eterna y etérea.
Esclavizados y vacíos de paz.
Mantenemos a flote los sueños que quedan con ahínco.
Soñamos con cambiar.


*La libertad absurda.
A veces me siento libre, libre de toda idea o cuestion a menudo incuestionable a ojos prácticos o de mentes formales, de esas que estudian minuciosamente cada concepto y sacan jucios con continuidad.
Esos dias trato de observar con digno detalle el laberinto que conforma mi mundo.
Dudo entonces de toda realidad, dudo entonces de toda afirmación transformando todo en un inmenso e inconmensurable absurdo.
En aquel absurdo a penas se percive nada, pero pueden mis ojos con esfuerzo tratar de de entender un mensaje cifrado.
Es en realidad la realidad, por completo y en su totalidad una gran incoherencia.


*Los hombres número.
Niños enjendrados a base de ideas.
Cúmulos de ideas con sentido a medias y aderidas a los enanos y esponjosos cerebros.
Ideas estructuradas e impregnadas sin elección de forma permanente.
Ideas impuestas, puestas sistemáticamente, como piezas en cadenas de producción.
Acompañarán nuestro paso de desfile de compañía militar por muchos años, quizás para siempre.
De alguna forma acabarán por controlar hasta el mismísmo pensamiento y la mismísima lógica.
Haciendo así inevitable la implosión de la imaginación que se desvanecerá por completo.


*El poema eterno.
Ojalá vea el sol libre,
camine recto y deje de hablar,
se curen las ideas contagiosas,
que viviré por vivir correspondiendo al infinito.


*Belleza sutil.
El escritor que en luna llena se aploma ante sus hojas en blanco o acude en invierno ante el reclamo de sus frases.
Inspirandose a veces se siente cercano a aquella línea, esa que está en cada horizonte y nos acerca a lo más lejano de nuestro ser.
Cuando un año acaba y otro empieza, cuando un niño muere dejando paso al hombre, cuando el defecto se convierte en virtud.
Todo es parte del mismo juego, de esa vida en la que prima cada sensación.
Un mundo sutil, lleno de belleza escondida.
Una belleza que nos llena encontrar.


*El gran poema.
El universo es Dios.


*En algún viaje.
Ví entonces el mejor amanecer que mi mente recuerda.
Quedaba cercano.
El sol salió hacia el cielo y yo allí lo esperaba.
Ansioso por ver si pintura magnífica.


*....
Una y otra vez,
cansados,
monótonos,
mediocres,
con ritmo.
...

*Súplica.
La sangre de los rios es tuya.
Pero que jamás se turbien en la inmensidad las almas aún incompletas.
Que no bailen mas deseos bajo las dunas.
Entonces gozarán los desarraigados
y los valientes estarán preparados
para elevar su ancla.